Escuchando su nombre por primera vez en PoleGroup Radio (presentado por Óscar Mulero - año 2014 - 2015.
Mientras pasaba listas aleatorias en SoundCloud, su llamativo nombre (poco común a lo que escuchaba en la época) me hizo querer escuchar el podcast completo; sin prestarle mucha atención al inicio, le doy like y cierro la pista (andaba en el colegio, pues en ese entonces apenas tenía 12-13 años y estaba yendo a estudiar en ese momento que le doy play).
Llego a mi casa ese mismo día en la noche, me acomodo y entro de nuevo a darle play mientras hago tareas. "Pff, qué hijueputa!" es lo primero que digo apenas se acaba el podcast de Attanasio, aún no entendía muy bien lo que acababa de escuchar, era para mí algo nuevo ya que todo lo que escuchaba todos los días sonaba a lo mismo, el mismo ritmo, el mismo ambiente. Y llega este tipo con su versatilidad apostándole a mi perspectiva una nueva manera de entender la música.
Después de eso, le doy play a otro podcast porque quedé engomado de su selección musical y quiero escuchar más, sentía que me motivaba, que quería bailar una noche entera con sus sets.
Después de más de 2 horas escuchándolo, de haber arreglado mi día, de dejarme con el sentimiento de amor musical por lo alto, empiezo a investigar más su perfil, su procedencia, su carrera, etc.
Ya era reconocido para entonces, artista italiano, criado en familia de melómanos, su padre pianista, interesante.
Sus track me entraban en un ambiente sonoro muy cómodo, cálido, estable, me hacía sentir bien, me di cuenta que no había vuelta atrás.
Lo que había logrado hasta entonces era muy grande, b2b con Jeff Mills, con Octave One, artistas que de por sí sus nombres hablan mucho sobre la historia musical electrónica; pero no fue eso lo que me hizo querer escuchar más y más y más sobre Raffa.
Repitiendo sus podcast una y otra vez y sentir nunca cansarme, ver sus videos pinchando en vivo, su formato Live un poco rápido y corrientoso; esto me gusta ¡y mucho!
Raffaele Attanasio desde ese momento fue el nombre más sonado en mis apps de música, investigar sobre él era uno de mis hobbies, escuché sus otros seudónimos (X-501 y Monque) no eran muy distintos a Raffa, pero se sentía algo que el actual Raffa era el sonido que me gustaba.
En ese entonces, apenas y escuchaba música, la reproducía y ya, escuchaba cualquier cosa que me recomendaran o pasando listas aleatorias, y me sentía bien con eso; pero Raffaele Attanasio fue lo que necesitaba para estallar la fuente de sentir la música distinta.
Su música no me podía faltar cada día, y hasta el día de hoy, todos los días el reproductor me lanza algo de él, como si supiera que lo necesito.
Sentía y siento amor a su música diariamente, admiración y respeto hacia él.
Lo que me hizo sentir que sería mi artista favorito fue al escuchar uno de sus tracks y en medio de él, estallar en llanto, no sabía que me pasaba, me sentía raro, sentía como en medio de mi tristeza y agobio, esa pista y parte de él me elevaran al paraíso, hablo de "The City Of The Tigers" lanzada en 2014.
Mi despertar cada día era el piano a su inicio y el sentimiento que se reflejaba en toda la duración de la canción, ¡es puro amor! Hasta el día de hoy no me puede faltar, es esa canción que por más que la escuche nunca me cansa, es algo que me hace feliz, que me motiva.
Desde ahí Raffaele Attanasio era mi referente, el que siempre mencionaba cuando hablaba de música con mis parceros, Raffa por aquí, Raffa por allá, Raffa para todo lo que se tratara de música.
Pasa un par de años y se anuncia "Raffaele Attanasio en Pereira" era una emoción y una tristeza a la vez, porque era mi oportunidad de verlo, pero era imposible porque apenas tenía 14 años, apenas iba por mis 15.
Para esa edad ya salía a eventos locales en mi pueblo y tardeos que se hacían en él y en Pereira (Soy de La Virginia - Risaralda, a 1hora de Pereira).
Era sumamente imposible ingresar, nunca había entrado a un club respetado, no tenía (ni tengo) rosca con conocidos. Llegado el día de su presentación en la ciudad siento gran vacío ya que mi amiga (acompañante desde el día 1) iba a ir y yo no. Hasta lágrimas se me salen de no poder asistir, pero supe que no era la última vez que vendría. Días después del evento mi amiga me cuenta que estuvo del putas! una cosa de locos! como me imaginaba. Sin hablar mucho le digo a ella "La próxima vez lo veremos juntos, lo juro"
En medio de mi inocencia me dice que así será y bla bla bla...
Año 2018... El año más feliz de mi vida (la música lo salvó) ...
El mismo año en el que asistí por primera vez a un festival de alto calibre como lo es el Zero Gravity 2018 (15 años a la fecha, la entrada fue tensa, pues tenía contraseña falsa, una manilla del Freedom que me había regalado mi amiga y mucha fe jaja, el primero en llegar al festival para tener más oportunidad y así fue) con su locación en cerritos, presenciando artistas de muy alto nivel como lo son Al3xandria, Owem, Uron, Roberto Capuano, Sigha, Peter Van Hoesen, SHXCXCHCXSH (mi dúo de artistas favorito); pues al no ser suficiente para mi ese año, anuncian Raffaele Attanasio para el mes de Octubre en el sexto aniversario de Oriente`s Crowd Community.
Sin esperar mucho me comunico con mi amiga que en ese entonces ya estaba viviendo en Medellín y le digo muy emocionado: “¡Parce! (le envío foto del flyer) ¿qué dice?” y con la misma emoción me responde “de una! ¡Caiga y vamos!”
Planear ese viaje fue muy difícil para mí ya que no contaba con ingresos para costear todo, mi mama y mi hermana me apoyaron desde que les dije que lo iba a ir a ver, pues saben la afición que le tengo, ellas me motivaron aún más a vivir la experiencia y eso fue un boom muy emocionante para mí.
Sueño cumplido.
Durante un mes y medio estuve ahorrando cada peso que recibía, literal, cada billete, cada moneda, cada monto de dinero así fueran 100 pesos iba para el ahorro. Cada dinero que me daban para gastar en el colegio, lo guardaba, no gastaba ni en una menta, mi hermana fue la que más me ayudo a recolectar dinero, sin ella no hubiera podido cumplir el sueño. En dos semanas recogí lo de la entrada y la excursión hasta oriente, en las otras dos semanas ya tenía asegurados los pasajes, ya lo que recogiera era para cubrir necesidades y emergencias.
Todo marchaba muy bien, todo el plan me salía bien, lo único que rondaba mi mente era: ¿me dejaran entrar? Tenía 16 años; aunque ya no tenía cabeza para matarme pensando cosas negativas, iba dispuesto o a perderlo todo o a ganarlo todo, una de dos, iba nervioso, pero sin miedo.
El tan esperado día.
28 de octubre – 2018, no dormí desde el día anterior, estaba muy ansioso, me sentía enfermo, con nauseas, mareo, solo pensaba en el momento en que lo viera, con solo verlo me bastaría.
Tenía planeado viajar a la 1pm, pero yo sentía que debía hacerlo más temprano, sentía que si viajaba después del mediodía algo no saldría bien, no me aguante y a las 8am arranque para la terminal de Pereira, mi hermana me acompaño y a las 10am salió el bus hacia Medellín.
Como lo pensé, el mal estado de las vías hacia muy lento el paso de los vehículos, cuando parecía que ya estaba cerca, solo eran más y más trancones, 8 horas de viaje; llegue a las 6pm y mi afán por llegar rápido donde mi amiga solo me hacía más torpe, daba vueltas y vueltas y no hallaba alguna estación del metro que necesitaba, un par de señoras muy generosas me ayudaron y me llevaron hasta una, en cuestión de minutos ya estaba con mi amiga; estaba muy cansado, 8 horas en una misma posición, agotado por no haber dormido pero la emoción alivianaba todo lo malo.
Ya estando en el bus que nos llevaría al sitio del evento, solo sentía el boom de la emoción; llegando al sitio del evento se reflejaba una enorme fila de personas queriendo entrar rápido, una fila para hombres y otra para mujeres, a lo que veo que a una señorita no la dejan ingresar porque no llevaba cedula (probablemente era menor de edad); volteo a ver a mi amiga y me quedo asustado esperando lo peor para mí; es mi turno de ingresar, asustado sin demostrarlo mucho me piden la boleta, la entrego y paso, sin requisa ni nada, ahí supe que ya la noche era para mí.
Muy contento bailando mientras pinchaba S`ie, esperando el turno de que se montara Raffaele, pasa una persona X bajo los efectos de la droga, ya muy llevado y se monta encima de los equipos que estaban funcionando en ese momento; lo bajan y lo vetan del evento, el ambiente siguió normal, pero algo no cuadraba. El sonido no sonaba igual, sonaba muy forzado, muy saturado, muy muy mal.
Veo pasar a Raffaele Attanasio directo a la tarima para empezar su presentación y mi alma denotaba pura alegría, algo que nunca había sentido; empezaba su set con un tema muy melódico, pero aun así sonaba espantoso, la misma cara de Raffa lo decía, el en su molestia expresa que no se siente bien haciendo su presentación y sin mediar palabras decide retirarse del evento, pareciera que solo yo me daba cuenta de lo que estaba pasando, que había perdido todo el dinero, el tiempo, las ganas…
Mientras S`ie intenta llegar a un acuerdo con Raffa, los artistas Jotaeseache y El Atalaya se montan a pinchar y a intentar arreglar la falla del sonido, pero era casi imposible descifrar de donde provenía el error de audio, pincharon durante casi una hora y el sonido seguía igual, yo estaba sentado a un lado de la tarima aburrido, asimilando de que la primera oportunidad que tenia se desperdició por culpa de un irresponsable.
Mientras todo sigue igual, aparece Andrés Gil, el gran Andrés frente a los equipos mirando que podría ser lo que apañaba la noche, en un momento dado se dice que el sonido ya sonaba full, pero ¿y Raffa? No aparecía.
No pasaron más de cinco minutos y se ve otra vez a Raffa subiéndose al escenario, acomoda sus herramientas, hace gesto de disculpas con las manos y empieza lo que todos estábamos esperando, especialmente yo; minutos después de que empezara a pinchar, mi amiga decide llevarme a un lado del escenario donde solo se veía entrar gente organizadora del evento, me dice que me meta y ahí estoy yo, detrás de mi ídolo, viéndolo muy muy de cerca y contento ¡como un hijueputa!
No me bastaba estar detrás de él, quería que me viera, que me reconociera (pues mucho antes le escribía por su Instagram), me subo a la tarima a un lado de él, pasa un momento y me voltea a mirar, sonríe y me levanta el pulgar, ¿me reconoció por mi cara? O porque llevaba una camiseta tipo polo con su sello discográfico (Letters From Jerusalem) estampado a un lado, sea lo que sea, que haya tenido ese gesto de saludar estando ocupado en lo suyo me hizo feliz.
Ahí estuve, 5 horas parado a su lado, de principio a fin, no creía que fuera verdad, se me aguaban los ojos al sentirme bien que había cumplido mi sueño, era el “niño” más feliz del mundo.
En un momento se acerca mi amiga y me dice “Parce quien lo diría, usted tan pequeño, lejísimos de su casa, viendo su artista favorito, se le cumplió el sueño” y como lo se lo había dicho un año antes: “La próxima vez lo veremos juntos” y así fue.
En el instante que se baja Raffa, me bajo yo de la tarima y sin esperar más lo saludo, lo abrazo y lo único que me salió fue un “muchas gracias” pero era una expresión cargada de mucha historia, el muy agradecido y con su poco español que manejaba me dice “está muy bonita la camiseta” yo sin saber que decir vuelvo y expreso “muchas gracias” pero aún más cargado de felicidad.
Ya siendo hora de volver a casa, en un bus devuelta para mi pueblo, todavía no procesaba lo que había vivido, seguía llorando de la felicidad, de lo que había logrado, de lo bien que la había pasado, de la energía del público de oriente, muchas cosas bonitas que hicieron de ese día, el mejor de mi vida.
Por mi mente solo pasaba, si muero hoy, muero feliz y agradecido. Pero todavía faltaba la otra parte feliz, llegar a casa y contarle a mi mama y mi hermana que lo había visto, que lo había saludado, que nos tomamos una foto, la alegría con la que contaba todo hizo que mi hermana también soltara un par de lágrimas, porque entiende el respeto, el cariño y la admiración que le tengo a Raffa.
Y podrá sonar muy estúpido o lo que sea, pero alguien que de verdad siente la música como un medio de terapia para llenar todo lo que lo haga sentir pesado, sentirá lo mismo al escuchar su track favorito, al ver su artista favorito, etc.…
De ahí en adelante siguió la afición, nunca le he mermado, el año pasado (2020) su música me ayudó mucho a pasar los malos ratos que causaban la pandemia, cada vez era solo más y más amor. Al punto de que decidí tatuarme su sello discográfico en la espalda, rindiendo homenaje a la música que me gusta, a la motivación que me da, a lo que me ha ayudado su música y su influencia como artista.
Tengo un par de camisetas con su sello, un vaso y lo que más perdurara, su sello impreso en mi piel hasta el fin de mis días.
Este año lo pude volver a ver, tenía fecha programada para el 02 de mayo, pero por motivos de las manifestaciones del paro nacional, se reprogramo para el 01 de agosto, ese fue el regalo que yo mismo me di de cumpleaños.
Ese día ya iba más fijo pues porque ya soy mayor de edad, pero aun así los nervios eran mucho; y una vez lo dije, siempre que lo vea se va a sentir como la primera vez. Esa tarde en mi casa que me estaba organizando para ir al evento, mientras me bañaba sentía una sensación de mareo, de enfermo y fue tanta la ansiedad que me vomite, y hasta estando en el evento me sentía muy mal, con escalofríos, sudando frio; solo se me quito cuando lo vi, apenas vi que llego fui a saludar, a obsequiarle el polo que había utilizado en el 2018, quería que lo tuviera como un recuerdo y le enseñe el tatuaje que tengo en mi espalda de su sello. Sus palabras fueron las mismas que le dije yo en el 2018: “muchas gracias por el apoyo siempre” (cuando me acerque a saludarlo me pregunto “¿Cómo va?” y pudimos entablar un pequeño saludo en español).
Lo que quería recalcar de todo esto, es que independiente de a quien le guste y a quien no, que, porque es muy comercial, que, porque lo traen todos los años, que siempre lo mismo, ¡pura mierda! Si a usted le gusta un artista y siempre que lo ve siente esa felicidad y ese encuentro emotivo de amor puro, eso es lo que importa, el impacto que X artista marque en usted, no le tiene que gustar de la misma manera a todas las personas. El amor, respeto y admiración que le tengo a Raffaele Attanasio lo voy a seguir sintiendo hasta que el cuerpo y el alma me aguante.
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