Por: Juan David Otálora
Es una realidad pensar que nuestras vidas de ravers cambiaron por completo desde la llegada del Covid – 19 a nuestras existencias. Cambiaron nuestras costumbres, formas de ver la vida, el cómo demostrar afecto, la higiene se volvió excesiva, las fiestas o eventos masivos se cancelaron dado al alto contagio, y en consecuencia, todo se tornó a cuatro paredes; esto acompañado de una cuarentena interminable. Todas estas situaciones adversas hicieron que la humanidad buscará mil maneras posibles de saciar las ganas de bailar, de convivir con los otros y algo esencial para todo raver, sentir de nuevo los bajos en el pecho, todos juntos en la misma pista de baile, así nacería el “Secret Location”, fiestas clandestinas que salvarían un poco el año caótico y pandémico que fue el 2020.
Estas fiestas utilizarían este calificativo para pasar desapercibidas, gracias a la constante persecución por parte de la policía a las fiestas secretas. Siendo el ´Secret Locatión´ la estrategia perfecta para llevar los eventos a sitios sin previo aviso, tal como en años anteriores. Teniendo que esperar hasta las horas previas del evento para saber en dónde se realizaría la fiesta realmente.
Antes de que ocurriera toda la pandemia a finales del 2019, el público colombiano estaba totalmente consumidos y cegado por la comunidad de bares y clubs estelares, tales como BAUM, OCTAVA, KAPUTT entre otros, y eso no está mal. Pero la cruda realidad es que para que todos volvamos a bailar en la misma pista de baile, dentro de un club, sin tapabocas y sin temor al contagio, llevará meses, tal vez años, debido a esta enfermedad sin concluir.
Las ideas volverían a surgir, tal como un ave fénix para la escena electrónica colombiana, dado al receso de eventos y espectáculos a nivel nacional, de tal manera que los talentos emergentes tomarían protagonismo. Comenzando a sonar en privados, reuniones encubiertas y demás sitios, añadiendo más DJs a el circuito local, siendo esto muy positivo para la escena; los mismo de artistas de siempre dejarían de sonar tan frecuente, tal como lo hacían antes en los ´Night clubs´ cada fin de semana, pero algo bueno estaría por venir para todos.
El 2020 se colmó de miles de ´Secret locations´ en diferentes terrenos, subterráneos por toda la cuidad, bodegas con protocolos de bioseguridad y aforo limitado, rooftops clandestinos y otros de mucho cache para ser exactos, estos últimos con un horario hasta las 3am, ubicados por la zona rosa de la cuidad. Los más frecuentes eran los apartamentos acoplados para llevar fiestas acabo. Nos adaptamos a la situación e intentamos darle otro aire necesario a nuestra escena ya que los clubs y demás sitios “legales” no volverían en un buen tiempo. La mayoría de estos tratando de cuidar la salud, cumpliendo con los "protocolos debidos", sin embargo muchas de estas las incumplían a cabalidad, pero el objetivo era claro, la fiesta debía continuar pero de una manera más “segura”.
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La versatilidad y variedad en los nuevos talentos hizo que viéramos más hacía lo que teníamos al frente de nuestras narices, nuestros oídos estaban siendo amaestrados hacia solo unos ritmos, géneros, marcas o colectivos; sin importar quién estaba tocando en el Djbooth. Pero el talento venidero tales como: Keith Barrera, Dollhouse, Ronnie Knox, Dankz, Esteban Rodríguez, Lourdes, Cami Vázquez entre otros, esto hizo que subieran las expectativas de una escena con rasgos industriales, sonidos fuertes y concretos, tal como la añoramos muchos, eso sí, encarada más hacia el Techno, Hard Dance, Hard Techno y Trance.
¿Qué hubiese sido de nosotros sin la mediana posibilidad de salir a bailar?
hubiese sido un acabose total. Para la fortuna de todos, los bailes siguieron surgiendo a pesar de todo pronóstico, algunos en su forma más original, de forma ilegal y clandestina. Rememorando los antiguos raves de los 80's a las afueras de Londres, incumpliendo cualquier parámetro legal, pero ahora en un contexto colombiano, RX en mano, “ medidas de bio seguridad” y fiesta pá todo el mundo, como también comenzaron las reactivaciones progresivas de algunos restaurantes y bares a final de año, eso sí, con un aforo limitado y con infinidad de requerimientos de bioseguridad para poder bailar, o si quiera entrar a escuchar música sentado en compañía de pocos, esto era lo único que se podía ofrecer legalmente en cuanto a rumba en el 2020 en Colombia.
En años anteriores se veía que en la electrónica colombiana prevalecían los sonidos hacia el House, Deep House, Minimal y Tech House comercialmente hablando y el Techno se encontraba mucho más underground, sin embargo, también teníendo mucha demanda; ahora dado al auge del Techno en Colombia en los dos últimos años, este mismo y sus subgéneros han tomado una fuerza impresionante en todas las pistas de baile a nivel nacional. En la actualidad los colectivos y organizadores de eventos, nos tienen acostumbrados a line ups con carácter fuerte, pesado o como muchos dicen “Contundentes” de BPMs altos. Resaltando los sonidos sintetizados, metálicos, percusiones veloces y voces envolventes, estás características básicamente son las que buscan hoy en día muchos de los ravers, a la hora de elegir la mejor rumba que esté al alcance.
Seguramente seguiremos viendo intentos de resurgir y muchos más en está segunda ola de Covid - 19, pero seguiremos firmes, cuidando la salud de todos e intentando mantener unida una escena que cada vez va tomando más protagonismo en Suramérica y en todo el mundo, siendo conscientes de la situación que vivimos actualmente.
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